lunes, 28 de noviembre de 2011

Y hoy resulta.

Y hoy resulta que las obsesiones de otro son enfermedades mías.
Que lo que llevo dentro se contagia de sus malas intenciones.
Resulta que no es rosa como lo pinto, no tengo uso del color,
pues otro escoge matices que dan tono de dolor.

¿Y quién sino yo debiera decidir color y rumbo?
No es paranoia, ni orgullo, es mi empeño es otro mundo.
Si yo ya he elegido el trazo, he decidido que quiero
dejar de lado estos velos que aunque tú lo niegues nublan
mi presencia de tu encuentro.

No seas tú quien desdibuje, dando la razón al otro,
mis ilusiones y logros coloreándome de culpas.
Antes bien mira mi esfuerzo, que no se nace jamás
con habilidad de ignaro, dejando todo pasar.

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