viernes, 18 de noviembre de 2011

Silencio...

Shhh...

Se me olvidaba que no necesito silencio pues se oye pasar el tren.
La señal de que es de noche, y un viaje incierto te espera.

Cada vez que posas tu cabeza sobre la almohada entregas tu alma al vacío,
le entregas tu suerte a la muerte.

Y no importa amor, pues yo te cuido.

¿Recuerdas aquel cuadro donde un par de niños van cruzando un puente roto y un arcángel va detrás de ellos?

Mientras tú cruzas el puente entre este mundo y aquél, ella y yo te tomamos de la mano.

Tus dos niñas, las que han pactado, las dos a las que has enamorado.

Tu niña santa, la otra es blanca.

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