lunes, 28 de noviembre de 2011

Y hoy resulta.

Y hoy resulta que las obsesiones de otro son enfermedades mías.
Que lo que llevo dentro se contagia de sus malas intenciones.
Resulta que no es rosa como lo pinto, no tengo uso del color,
pues otro escoge matices que dan tono de dolor.

¿Y quién sino yo debiera decidir color y rumbo?
No es paranoia, ni orgullo, es mi empeño es otro mundo.
Si yo ya he elegido el trazo, he decidido que quiero
dejar de lado estos velos que aunque tú lo niegues nublan
mi presencia de tu encuentro.

No seas tú quien desdibuje, dando la razón al otro,
mis ilusiones y logros coloreándome de culpas.
Antes bien mira mi esfuerzo, que no se nace jamás
con habilidad de ignaro, dejando todo pasar.
En momentos como este me doy cuenta de que nunca he dejado de amar (T).

martes, 22 de noviembre de 2011

Su verbo vive en mi carne.

Ojalá que algún día...


Sienta tanta certeza.
Exista aquella simbiosis.
De nuevo encuentre la calma.
Sea otra vez la más deseada.
Sienta ser uno y el otro.
Arda en el fuego mi piel.
De mi amor viva su ser.

Por favor ya no más él.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Ella

Apareció de repente,
tan parecida a mí.
Tan bella que no hace falta que vista de rosa,
no lo necesita, su presencia basta, sobra.
Le parezco hermosa, quizá se ve reflejada...


No quiero que te vayas.

Volar

Influenciada por un escrito de Oliverio Girondo...

No sé, a mi me importa un pito que por ojos lleves hojas de otoño encerradas en esferas cristalinas, que el mar de tu cabello me envuelva en su hipnótico oleaje cubierto de noche.

Me da lo mismo que de tus manos escapen melodías capaces de producir en mí los más sulfúricos estados y que tu sola presencia me recuerde a mi presencia.

Todo esto puedo pasarlo por alto.

Lo que no puedo dejar de lado y no te perdono por motivo alguno es que vueles y caray ¡Con qué maestría!

Que como el viento y con total ligereza, volando, me sigas a todas partes.

Que como un puñado de arena te me escapes volando cada vez que creo tenerte.

Que volando pases por encima de mí invitándome a volar sin que lo escuche, y eso…no tienes idea de cómo me confunde.

Mejor…enséñame a volar como tú haces, llévame por caminos desconocidos, guíame con indómita destreza, invítame a contar estrellas……tus estrellas.

viernes, 18 de noviembre de 2011

De una noche.

Me importa poco, o al menos es lo que quiero;
dejar los golpes de pecho, de culpas librar mis sueños.

Mandar mucho a la verga los prejuicios que desatan mis placeres,
y continuar sientiendo la inercia de tus quereres.

¿Qué onda con el agüite, con esa cruda moral?
Contradices tu discurso que dizque muy liberal.

Pero yo tengo la culpa de tirarle a lo falaz
y de no pintar mi raya, de idealizarte chinga!

Silencio...

Shhh...

Se me olvidaba que no necesito silencio pues se oye pasar el tren.
La señal de que es de noche, y un viaje incierto te espera.

Cada vez que posas tu cabeza sobre la almohada entregas tu alma al vacío,
le entregas tu suerte a la muerte.

Y no importa amor, pues yo te cuido.

¿Recuerdas aquel cuadro donde un par de niños van cruzando un puente roto y un arcángel va detrás de ellos?

Mientras tú cruzas el puente entre este mundo y aquél, ella y yo te tomamos de la mano.

Tus dos niñas, las que han pactado, las dos a las que has enamorado.

Tu niña santa, la otra es blanca.

Calma

Amor mío.

Tengo miedo del día en que la locura se apodere por completo de mi mente.
De no poder controlar los pensamientos ni los sentimientos.
Tengo miedo de que se robe mi belleza, miedo de que la acentúe.
Me asusta que su extraña obsesión me desvirtúe.

No intentes ganarle la partida, pues soy yo quien debe de luchar en contra de ella.

Mejor arrúllame, entiéndeme, apacigua el remolino con tu calma,
que tu amor me recueste en una cama llena de tí, de sueños, de esperanzas.